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abril 24, 2023

Escasez y estrés hídricos: Entender los problemas y encontrar soluciones

La escasez de agua y el estrés hídrico plantean retos difíciles, pero existen estrategias y tecnologías que pueden ayudar. Con las herramientas adecuadas, las empresas de servicios públicos de agua pueden empezar a hacer planes a corto y largo plazo para conservar el agua e iniciar el camino hacia un futuro hídrico más sostenible.

Escasez y estrés hídrico: ¿Cuál es la diferencia?

A menudo oímos los términos escasez de agua y estrés hídricos para describir situaciones en las que la disponibilidad de agua se ve comprometida. Aunque los dos términos suenan parecidos, no son indistinguibles. El primer paso hacia un sistema de distribución de agua más sostenible y resiliente es comprender las distinciones y similitudes.

  • La escasez de agua describe la condición de no disponer de agua suficiente para mantener a una población. Varias regiones de EE. UU., incluidas la costa oeste, partes del medio oeste y zonas del suroeste, sufren escasez de agua. En algunos casos, la escasez de agua es el resultado de que la demanda de agua supera la oferta disponible (por ejemplo, debido al crecimiento de la población). En otros casos, se debe a que las fuentes de agua de las que se podía depender anteriormente se han agotado con el paso del tiempo (por ejemplo, el impacto en el río Colorado de una sequía prolongada).
  • El estrés hídrico tiene en cuenta no solo la disponibilidad de agua, sino también parámetros más amplios, como su calidad. Por ejemplo, en Flint, Michigan, el agua era abundante pero las infraestructuras deficientes impedían que fuera potable, lo que provocó un grave estrés hídrico en la ciudad.

Escasez y estrés hídrico: ¿Qué se puede hacer?

Hay muchos factores a tener en cuenta a la hora de abordar los efectos de la escasez o el estrés hídricos, pero a menudo pueden aplicarse las mismas soluciones a ambos.

Exploremos algunas de las soluciones a corto y largo plazo:

  1. Conservación del agua: como estrategia a largo plazo, la conservación del agua es un buen punto de partida, pero solo es una parte de la respuesta. La forma en que se asigna el agua desempeña un papel importante en la eficacia de un programa de conservación del agua. Por ejemplo, aproximadamente el 70% del agua extraída de Lake Mead se utiliza para el riego agrícola. Esto deja solo un 30% para el abastecimiento público. Incluso si cada ciudadano conservara el 10% de su agua, el impacto total solo supondría una reducción del 3% en el uso. En cualquier caso, todos los servicios públicos deberían incluir la conservación del agua como componente de un enfoque sostenible de la gestión del agua.
  2. Reutilización del agua: la reutilización del agua es otra solución a largo plazo que puede ayudar a reducir la dependencia de las fuentes de agua dulce. Las tecnologías avanzadas de tratamiento pueden proporcionar acceso a fuentes que de otro modo serían inutilizables, como las aguas residuales, para su uso potable directo e indirecto.
  3. Desalinización: en EE. UU., cerca del 40% de la población vive a menos de 100 millas (160 km) de un océano, lo que convierte el agua de mar en un recurso fácilmente accesible. La desalinización, o eliminación de la sal y los contaminantes del agua de mar, es una solución, pero es cara, por lo que hay que sopesar cuidadosamente la relación costo-beneficio.
  4. Sistemas de agua inteligentes: a corto plazo, las empresas de servicios públicos que abastecen a comunidades afectadas por la escasez o el estrés hídrico pueden obtener beneficios rápidos si maximizan la eficiencia de sus sistemas de distribución de agua. Gracias a la visibilidad de todos los aspectos del sistema (incluidas las tasas de flujo, la presión y, en algunos casos, la temperatura), las empresas de servicios públicos disponen de datos accionables para evaluar, analizar y monitorear el agua en sus redes de distribución.

    Mediante la recopilación de mediciones con fecha y hora a partir de instrumentación precisa, las empresas de servicios públicos pueden recopilar datos repetibles y relacionables que les permiten analizar sus sistemas de distribución y traducir estas cifras en acciones. Las empresas de servicios públicos pueden reaccionar rápidamente ante problemas como fugas, roturas de tuberías, agotamiento del almacenamiento y pérdida de presión y, lo que es más importante, detectar los problemas de forma proactiva antes de que se produzcan.

    Los sistemas de agua inteligentes proporcionan al personal de las empresas de servicios públicos las herramientas necesarias para establecer objetivos de conservación, realizar un seguimiento de los resultados y evaluar los éxitos y los fracasos, acercando a sus empresas de servicios públicos un paso más a sus objetivos finales de mejorar la resiliencia, conservar los recursos hídricos y proteger la calidad del agua.

    Es más, las empresas de servicios públicos pueden aprovechar los portales de uso sencillo y orientados al consumidor que ofrecen los sistemas de agua inteligentes para facilitar a los clientes la tarea de frenar su propio consumo de agua. Con la ayuda de los numerosos datos recogidos de la red de distribución, los clientes pueden ver y hacer un seguimiento de su consumo y tomar decisiones en tiempo real sobre cómo reducirlo.

Un futuro más sostenible

La escasez de agua y el estrés hídrico plantean retos difíciles, pero existen estrategias y tecnologías que pueden ayudar. Con las herramientas adecuadas, las empresas de servicios públicos de agua pueden empezar a hacer planes a corto y largo plazo para conservar el agua e iniciar el camino hacia un futuro hídrico más sostenible.

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